Henry (Ewan McGregor), Maria (Naomi Watts) y sus tres
hijos deciden pasar las vacaciones de Navidad en Tailandia. Todo es muy idílico
hasta que una mañana una inmensa y terrible ola de agua irrumpe del mar y se
acerca donde están ellos, arrasando todo lo que encuentra por el camino.
Aún
no me he recuperado del todo, “Lo Imposible” es una película tan fuerte a nivel
emocional, tan aterradora y angustiosa en su primera parte, y tan emotiva en su
segunda mitad que no te deja indiferente. Creo que nunca antes había llorado
tanto en un cine. Yo y casi toda la sala (llena hasta los topes!). La verdad es
que estuve con un público muy “receptivo” en el sentido que oías lloros y
sollozos y reacciones de esas que ocurren al unísono y todo el cine exclama un
“oohh!” o un “aahh!”.
La película se puede dividir en dos partes. La primera es la del Tsunami en si mismo, una recreación de un realismo terrorífico. La segunda es el después, esa desolación que deja la ola. Ésa soledad, esa lucha y ese sentimiento de estar perdido en la inmensidad.
Y
es que saber que absolutamente todo está basado en hechos reales, saber que
esta emotiva historia de supervivencia está basada en una familia que luchó lo
imposible para sobrevivir a ese terrible desastre, saber que esa familia
vivió lo que nos cuenta J.A Bayona (y seguro que mucho mucho más), pone los
sentimientos a flor de piel.

Los
que conozcan la historia de la familia de antemano ya sabrán como acaba la
película, pero eso no le quita nada de vida a la película. J.A Bayona se las
apaña para tenernos todo el rato enganchados a la pantalla, sufriendo y
emocionándonos escena tras escena. Además, nos regala una banda sonora que pone
los pelos de punta y emociona, mucho.
Es
de esas películas que hay que ver, porqué más allá de ser una película de
catástrofes naturales, es una historia de amor y supervivencia. Eso si,
preparad los pañuelos.
“Cierra los ojos y piensa en algo bonito”