Hugo es un niño huérfano que
vive escondido en una estación de trenes de París. Allí ejerce la profesión de
su difunto padre, la de relojero, y se encarga de los relojes de la estación. Nadie
sabe de su existencia, nadie sabe que vive ahí y nadie sabe que se encarga de
los relojes. Todo cambia cuando, decidido a acabar un proyecto que empezó con
su padre, conoce a una niña que quizá sea la llave para resolverlo todo.
Me ha hecho soñar. Inocente,
triste, soñadora, misteriosa… Es una mezcla muy bien definida. Hugo, es un
auténtico homenaje a los inicios del cine y sobretodo a uno de los grandes
creadores de magia cinematográfica. Es una película que rebosa magia por todos
lados y te atrapa. En ella, todo parece milimétricamente preparado: las
imágenes, el color, la banda sonora, la luz… Martin Scorsese ha sabido poner todo en
su sitio y el resultado es tremendo.
Una de las cosas que me han
gustado es que el protagonista tiene una razón, una razón para
creer y para luchar. Debe terminar el proyecto que empezó con su padre y que
para él lo es todo. Lo que no sabe es que hacerlo lo arrastrará en un espiral
de aventuras sin fin que le llevará a descubrir grandes misterios.
Los dos niños protagonistas,
me han parecido muy monos. Hugo (Asa Butterfield, que ojos tiene éste chico!!)
y Isabelle (Chloe Grace Moretz) tienen una química perfecta. Sus caracteres se
compenetran a la perfección y juntos consiguen seguir adelante con el proyecto
de Hugo. Muy grandes Ben Kinglsey, al que no puedes evitar odiar al principio y
amar al final y Sacha Baron Cohen en un papel desternillante.
En definitiva, Hugo es una
película maravillosa, de ésas que te hacen soñar y te regala 2 horas de auténtico
arte.
Happy endings only happen in the movies
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