IRENE:

Martin Scorsese tira la casa por la ventana y hace una gran fiesta de drogas, sexo y música de los 90. El estrés de un corredor de bolsa que se mete en la estafa. El poder de saber que puede conseguir todo lo que desee y ser un mesías para un enorme grupo de perdedores.
Eso es. Miles de historias de jóvenes con sueños por los que luchar y e aquí a uno que su gran aspiración es la adicción al dinero y a todo lo que puede conseguir gracias a el.
Para acompañarlo en esta desquiciada fiesta se hace amigo de Donnie, otro don nadie con aires de millonetis y homosexualidad latente. Este personaje es interpretado por Jonah Hill, personaje por el que lo han nominado al Oscar, sip.
Alguien se ha emperrado en que Jonah Hill es el nuevo John Goodman o algo así y no va a parar hasta que nos lo creamos. Debe ser el mismo que intentó meternos hasta en la sopa a Shia Labeouf. Menos mal que pasaron esos tiempos, eh.

Viendo la locura de injusticias que se han colado en la lista de los Oscar, me alegra ver a ‘El lobo de Wall Street’. Eso si, Martin, de verdad, hay más actores, dile lo que sientes a Leonardo y déjanos descansar a los demás.
"My name is Jordan Belfort. Not him. Me. That's right. I'm a former
member of the middle class raised by two accountants in a tiny apartment
in Bayside Queens. The year I turned 26 is the head of my own brokerage
firm I made 49 million dollars, which really pissed me off because it
was three shy of a million a week. No, no, no. My Ferrari was white like
Don Johnson's in Miami Vice, not red."
BERTA:
El lobo de Wall Street es Leonardo DiCaprio. Son casi tres horas en las que él es el absoluto
protagonista. Se carga la película a sus espaldas y lo hace bien. Lo hace muy
muy bien. No soy muy fan de DiCaprio
y digo lo mismo que Ire, me caes mal pero me gustaría que ganaras el Oscar porque
en ésta película lo bordas, hijo.

Creo
que uno de los aciertos de la película es el elenco. Scorsese (o la persona encargada del casting, vaya) se ha sabido
rodear de las personas indicadas para cada personaje y la suma total ha dado un
resultado óptimo. Aunque DiCaprio
lleve la voz cantante en toda la historia, los secundarios e incluso los “terciarios”
tienen mucho que decir y que mostrar.
En
resumen, El lobo de Wall Street es
un desfase total. Scorsese monta la
fiesta del siglo y no escatima en nada, enseñando todo lo que haga falta y en
cantidades industriales. Hace un retrato brillante de cómo las ansias de poder
y dinero pueden llevarte a la destrucción, no sólo de uno mismo sino de todo lo
que te rodea. La película es una evolución constante con mucho ritmo, son casi
3 horas que pasan volando.
"I am not gonna die sober!"