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Érase una vez un chico con salud, dinero y amor hasta que decidió ir al médico.

"I don't smoke, I don't drink... I recycle."
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Teniendo toda una vida por delante, Adam, de 27 años, tiene cáncer. No tiene ni idea de que hacer, su mejor amigo hace lo que puede, su madre lo agobia (como todas las madres), su padre está ausente, su novia… su novia es un caso aparte.

Podrían haberlo tratado de manera lacrimógena y aunque hay momentos que llamaremos “de lagrimita” tiene su punto cómico. Con cómico me refiero a que parece algo real, no quiero saber como es y no quiero vivirlo, pero lo que vive Adam y la reacción y relación que tiene con la gente que le rodea no parece irreal.

Y en todo esto hay un punto que me gusta y a la vez no. Y es esa parte que no es tan de verdad, pero claro, es una película. También tenía el peligro de acabar y preguntarse que hemos estado viendo.

El chico en cuestión es un actor que me cae muy bien, Joseph Gordon Levitt, su amigo es Seth Rogen que como siempre interpreta al mismo personaje que hemos podido ver en cualquiera de sus películas o series, la novia la interpreta Bryce Dallas Howard y como en Criadas y Señoras tiene un papel un poco… emmm… ahí lo dejo y la terapeuta que trata a Adam es Anna Kendrick que se le da de lujo hacer chica inocente. Y para acabar de enumerar, la madre de Adam es Anjelica Houston luciendo un pelucón que parece habérselo robado a Teresa Campos.

Resumiendo, me gustó.